El petimetre o "lindo", arquetipo conocido ya desde antiguo y con identificación plena en el submundo de las bolitas y las batallitas de mentira. |
Barra libre de napalm, el papel de plata echando humo.
De aquellas mis primeras y postreras 24 horas en aquella comunidad "by jeanpolgoltierj-elmarinerito" me quedo con una afirmación cáustica y cierta -que lo uno sin lo otro nada es-:
"Tantos desvelos para ir a jugar a las bolitas, a las batallitas de mentira, como una princesa el día de su primera comunión es de una ridiculez que haría sonrojar al mismísimo maestro de ceremonias de aquella película llamada 'El padre de la novia'".
En España tenemos, ya de antiguo, manera de definir a este arquetipo: es el "petimetre" (de 'petit-maitre'), en castizo también llamado "lindo".
Naturalmente, como era de prever, cuando uno señala a viva voz estas cosas, la princesa de fresa llora y patalea (cuando habría de callar, hacer examen de conciencia :D ). ¿Por qué? Porque aunque duela y haya quien -con mejor o peor acierto- se dé por aludido, SON VERDAD.
Andar como alma en pena preocupándose por marcajes, "kitlists"... material inservible... perder el norte inmerso en chupipandis formadas para excusar carencias apoyándose unos en otros, dejar que la vida se escape...
Y luego, para más inri -tras tanto desvelo y despilfarro en IMPRESIONAR A PERSONAS QUE IMPORTAN UNA PUTA MIERDA :D -, para jugar -extenuados bajo el peso de tanto 'dummy'- a batallitas de mentira en campitos de palés, en "operaciones" de eso que llaman ahora "milsim", con zombis, actores y guiones.
Y lo mejor de todo: Aún habrá quien le coloque al rifle de plástico una, dos o tres camaritas :D porque... viva el realismo. #porqueyolovalgo
Uno, que es un personaje de ficción, dicen que malo, hosco, huraño, delincuente y Dios sabe que cosas más, que seguro es y aún peor, aún ríe como zorro ante el espectáculo de las chupipandis de "lindos" mientras transcurre este día de resaca general.