Partiendo de la base de que nadie se "alista" obligado, que primero uno ha de saberse capaz y de que "teóricamente" todos habrían de buscar el bien común... -antes, durante y después- nunca habría de suponer molestia u ofensa aportar tanto como exigir.
¿Y qué pasaría si para alistarse, obtener la normativa o algún dato importante hubiera que trabajar antes, eh?
Ya no hablo sólo de reputaciones de honorabilidad, capacidad de sacrificio y esas cosas sin las cuales sencillamente no se puede ni siquiera optar a respirar el mismo aire de los demás en este tipo de "acontecimientos". Hablo de voluntad de aprender y de capacidad de adaptación.
Échenle imaginación. Una operación de simulación militar en diciembre. Se anuncia en julio a una serie de personas. No se dan más detalles, sólo la fuente (quién organiza), la fecha y el nombre de la operación.
Para obtener más detalles se proporciona la dirección pública de una máquina. Esa máquina está corriendo un servicio... ftp, por poner un ejemplo. Profttpd es la aplicación que lo sostiene, es vulnerable y no está parcheada. Si se ataca con éxito -y en la red está el procedimiento- estará vd dentro, accederá a los prolegómenos, a la información.
Ese procedimiento que usted aprendió y que le sirvió para entrar, interesarse y participar... disfrutar... le servirá más adelante -ya no sólo quizás en el día a día de vd (depende de lo inquieto que vd sea)- sino quién sabe si en alguna misión que se le encomiende en el "durante".
«Encarámese a las coordenadas xx.xx. yy.yy. Allí en pleno monte encontrará una caja de metal. Mantengan el perímetro. Ábranla. Encontraran una máquina. La contraseña son las coordenadas del punto. Dígale a su especialista que no se acomode, que localice en la red local a otra máquina, un servidor, una máquina que usted no vé, pero que está ahí. Vulnérelo, obtenga privilegios, acceda a la documentación. Así sabrán qué tienen vds que hacer a continuación.
«Encarámese a las coordenadas xx.xx. yy.yy. Allí en pleno monte encontrará una caja de metal. Mantengan el perímetro. Ábranla. Encontraran una máquina. La contraseña son las coordenadas del punto. Dígale a su especialista que no se acomode, que localice en la red local a otra máquina, un servidor, una máquina que usted no vé, pero que está ahí. Vulnérelo, obtenga privilegios, acceda a la documentación. Así sabrán qué tienen vds que hacer a continuación.
Dénse prisa, están en zona de combate, como reiteradamente vds nos corroboraron durante el trayecto al comunicar contacto visual con fuerzas contrarias. El sol se va, pronto las máquinas se apagarán. Muevan esos culos, es hora de morir».
Coste de esta jilipollez para Alto Mando: 0 € (material reciclado)
Coste (para la parroquia): 0€
Capacidad de selección: +100%
Contribución a la satisfacción de la parroquia: 100%